viernes, 26 de abril de 2013



Capítulo 29, Soledad.


Abandonaste a Calipso dejándola sola
frente a los titanes del duelo, sola, sola.
Ella te cobijó en su cueva encantada,
Allí mordiste la dulce fruta prohibida.

Prisionero de su amor te diste a la fuga,
Dejando su Olimpo inmerso en ceniza.
Entonces regresaste y ella ya no estaba,
Dejándote huérfano, dejándote vacío.

Ya no hay luz, ya no hay magia, no queda nada,
Solo tú contigo, solo tú contigo mismo.
Como un náufrago sin alma caíste al averno.

Unos ángeles negros bajaron desde el cielo
Y te ayudaron a cruzar el puente mágico,
Y llamaste a Calipso pero ya no estaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario