Capítulo 7, El pañuelo de seda.
Perdido entre la multitud, mi vista centró su total atención
en una mujer, que lucía un adornado vestido rojo con recogido en el pelo a lo
más puro estilo burgués. Sus ojos se fundieron con los míos en un eterno segundo,
más tarde ella se marchó dejando olvidado su pañuelo de seda conjuntado con
aquel atuendo que llevaba esa tarde. Ni siquiera tuve tiempo de pensar,
reaccioné corriendo tras de ella para poder devolvérselo y al mismo tiempo,
tener la maravillosa oportunidad de entablar una mínima conversación con ella.
Debido a la muchedumbre que allí acaecía, mis ojos perdieron
el contacto con los suyos y por un instante creí haberla perdido para siempre.
De repente, una suave caricia me rozó el hombro derecho, hice el ademán de
girarme y entonces la ví, tan cerca que me quede prendado de su hermosura, ya
que no hubiera imaginado que fuera tan maravillosa.
Apenas conseguí balbucear ciertas palabras, cuando ella,
quitándome cuidadosamente el pañuelo que había olvidado entregarle, intentó
acercarse hacia mí, y cuando era el momento perfecto de poder unirme con ella
en el beso más profundo apenas imaginado, mi mente desconectó haciéndome
despertar de aquel sueño, aquel sueño imposible.
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