lunes, 13 de mayo de 2013

La Maga del Lado de acá

La Maga, esa mujer, tan ansiada por Horacio Oliveira, esa enigmática figura. Su vida se resuelve en cada instante vivido, cada suspiro. Marginada por los intelectuales, falta de memoria. Pero aún así, es el complemento ideal que le falta a Horacio.

La Maga, presa del destino de Horacio Oliveira. A pesar de los intentos de éste por culturizarla, ella se deja guiar por su intución. Culpable de la desesperación de su amante, que envidia su naturalidad.

“Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso. Yo describo, y defino, y deseo esos ríos, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden, que es su orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y del alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en prejuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo. Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por la Maga que me juzga sin saberlo. Ah, déjame entrar, déjame ver algún día como ven tus ojos.” Capítulo 21

En la primera parte, la única que leerá el lector “hembra”, tenemos una historia de amor entre dos amantes : cómo se buscan, cómo se encuentran, cómo se necesitan, cómo se consuelan, cómo se miran y cómo se aman en un largo periplo parisin

Los amantes se buscan , se encuentran, se necesitan, se sienten, se quieren, a lo largo y ancho de París, o lo que es lo mismo, en "El lado de acá".

Pero todo desaparece en un suspiro lánguido. La maga desaparece, se evapora, tras la muerte de su hijo. Horacio Oliveira cae derrumbado, destrozado. Una frase que los define podría ser: ni contigo, ni sin ti. Aunque en algunos fragmentos de la obra, el protagonista da a entender que no la necesita, no puede vivir sin ella, y en ocasiones la envidia. 

Algunas frases de La maga capaz de conmovernos son:

No me importa si lo digo mal y te hacen reír mis palabras. Yo hablo como puedo, no sé decir lo que siento.” Cap 20

"Pero lloro lo mismo, Rocamadour, y te escribo esta carta porque no sé, porque a lo mejor me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero es terrible, la sola idea me da cólicos." Capitulo 32

En resúmen, la Maga, mucho más mujer, mucho más humana. La maga es sueño. 

Como conclusión quiero adjuntar un fragmento de una reflexión personal sobre este personaje, que me ha parecido muy emotivo.


"Maga...te descubrí sin querer....entre rayuela la lluvia y "parisenses" humedecidos esuchando jazz....paris no está tan lejos....
la maga...que gran personaje...si hubiera tenido que decidir entre oliveira y la maga, me hubiera quedado sin pensarlo dos veces con la maga.... tan dulce, susceptible, adorablemente fragil, claramente no era tan letrada como horacio, pero yo por eso la quería, porque dentro del círculo de escritores y artístas por el que se rodeaba casi obligatoriamente, ella con sus preguntas era mucho más artistica que todos ellos juntos, era mucho más humana, más persona, más mujer, más sueños, más fantasias....más todo.....
no puedo negar que cuando leía rayuela, muchas veces quise ser la maga, pero no para que un horacio me quisiera como la quería a ella, sino para ser así, tan despistada a veces, tan magica otras tantas, tan escandalosamente inocente que daban ganas de correr hacia ella y cuidarla y cuidarla y cuidarla...
nunca logré creer que pudiera tener un hijo, rocamadour era como el cable a tierra de la volatil maga, aunque a veces lo perdía de vista y el pobre pequeño tenía que sufrir las enfermedades más increíbles y volver a vivir...la maga solo era para ella y para horacio. rocamadour era como un instante distractor en su vida."
La Maga



                                                                                   Teresa López Abia 









sábado, 11 de mayo de 2013

Hipertexto e interpretación. ¿Jugamos a leer?


Un texto ambiguo, no porque utilice palabras incomprensibles (como el ejemplo que vimos en clase, que me ha servido de inspiración), sino por los saltos temáticos y las diferentes interpretaciones:

Todos hablan de él… Julio… ¿Sabes quién te digo? Vive al pasar el barranco. Conocí a Horacio gracias a él y, desde entonces, no hay un instante en el que haya dejado de jugar.
Ahí está él. ¿Leer por el principio o por el final? ¿Tradicional u original? ¿Y si salto? Quiero que esta vez sea especial; impresionarle. 
Míranos, ahí estamos, frente al ordenador. Comienza el juego... Ya me toca... ¡Me toca! 
Se despeja cualquier atisbo de duda, cojo un beso y lo lanzo al aire con los ojos entrecerrados. La piedra flota hasta hacer click en la casilla número… Se está cargando.
–Vamos– me dice Julio. Voy embriagándome de la esencia de Horacio. –Ya estoy casi dentro–  me susurra. Mis pies, se mueven solos: vuelo, se abre la ventana y ahí está. Mis pies, van acariciando poco a poco el suelo, el suelo de la 68. El momento es mágico.

Estridente, suena mi móvil, que nos golpea con la cruda realidad. El tiempo se nos ha pasado volando. –Game over –me susurra Julio al oído.  –Ni en sueños. Pásame el marcador– le respondo dulcemente.
Guardo rápidamente todas las pestañas del navegador, pongo el marcador en la página del capítulo sesenta y ocho mientras que sé que Horacio va retirando su piedra del tablero. Apresuradamente, me haciendo la coleta voy…
 Jadeando, conforme me voy alejando muy a mi pesar, exclamo: – ¡Tengo que marcharme!
 Acto seguido, todo se difumina. Pareciendo quedar inmóvil, todo se desvanece.


El Alma (Capítulo 80)

 A veces siento cómo mi alma toma el control de todo y abandona mi cuerpo, como si fuera un objeto pesado que le impide crecer y avanzar en la vida. En ese momento siento cómo se desvanece mi ser material y deja volar a mi alma. Las actividades cesan y me dirijo hacia un mundo de espiritualidad. El alma esta envuelta por el cuerpo y este no hubiera existido si ella, mi verdadero ser, mi yo, no hubiese venido a la tierra, porque sabemos que necesita una “casa” para alojarse y poder actuar en el mundo de los sentidos.
 Sin embargo, en ocasiones, lucha por liberarse de esa carga porque le ocasiona dolor y malestar, apego y avaricia, complejos y… complejos y… Siento que mi cuerpo se desvanece y sale mi al…




                                                                                                                          
                                                                                                            
          Yasmín Mayordomo Sevilla

viernes, 10 de mayo de 2013

Indecencia subiminal

En primer lugar, en este fragmento se defiende la idea de que la única forma de sentir realmente nuestro cuerpo es cuando sentimos dolor o sensaciones físicas. Al ser el alma la voluntad sólo puede arrastrar al cuerpo, pero si separamos alma y cuerpo no existe en realidad ninguna relación entre ambos y el alma resulta no tener identidad. Por lo tanto, la identidad depende de dos factores que no tienen sentido en su conjunto, y se requeriría una forma más avanzada que permita una relación viable.
Asimismo, se puede apreciar también  la intención de eliminar la dualidad entre ideas como locura y cordura. Podemos adivinar, también, que Cortázar distingue una línea que separa estos conceptos que son, en apariencia, totalmente opuestos. Teniendo esto en cuenta podríamos decir que en esta obra es posible entender estos dos términos como semejantes, o incluso equivalentes, ya que ambos podrían ser las distintas realidades que se escogen de manera aleatoria para interpretar el contexto humano. Lo que Cortázar podría estar proponiendo es que se puede dar lugar a un estado en el que no exista esta dualidad y donde la locura pueda alcanzar un razonamiento distinto que no sea necesariamente erróneo.
De alguna manera, la locura resulta ser una perspectiva totalmente lógica ante una realidad en la que somos capaces de distinguir entre la existencia y la nada, aunque al mismo tiempo puede resultar ilógico el concebir este posicionamiento, ya que también se debe tener en cuenta que la naturaleza programa al individuo para afrontar su condición. Además, se puede comparar lo siniestro de la locura con la muerte, ya que ambas son formas de acerarse a la nada, lo que transforma de algún modo la locura en el anunciamiento de la muerte.

Capítulo 85. TIME.

En este breve relato Cortázar compara la vida con los artículos literarios, sugiriendo (o al menos así lo he interpretado yo) que existe un momento álgido y otro de decadencia en la vida de todo ser humano. Al igual que ocurre con las tendencias alcistas y bajistas en finanzas, un día puedes sentirte eufórico y, al siguiente, hundirte en la más terrible tristeza.

Sería enriquecedor levantarnos un día y ver una novela, depositada cuidadosamente al lado de nuestra almohada, donde se describiese con precisión cada uno de los momentos que hemos vivido. Sería como empezar a leer nuestra propia historia, reviviríamos todos esos momentos que olvidamos con el paso del tiempo y que no vuelven a nuestra memoria hasta que un determinado acontecimiento, unas palabras o un fotografía, desencadenan su recuerdo.

Desde luego, sería nuestro libro preferido, lo sería sin ni siquiera comenzar a leerlo porque reflejaría lo que somos en este preciso momento y lo que hemos dejado de ser. Aunque lo más interesante sería, sin duda, que una vez iniciado, no podríamos parar de leerlo porque volviendo al capítulo primero, o al segundo, o al tercero podríamos volver a sentir la emoción de abrir los regalos de navidad o releer tantas veces como quisiésemos el momento más feliz de nuestras vidas. Durante nuestra lectura, nuestro estado de ánimo ascendería y caería en picado y, mientras tanto, nuestro cuerpo permanecería inmóvil sentado en la cama, pasando con exaltación las páginas de un libro que, definitivamente, sería nuestra obra de arte perfecta.

María José Antón.

La puerta a nuestra felicidad










En los sueños encontramos nuestros verdaderos deseos y analizando su simbología podemos ser capaces de entender lo que de manera consciente no vemos. Pues bien, el significado del sueño es que ha perdido una parte vital de él por ser vulnerable ante una persona y esta le ha robado, y debe de darse cuenta de que no va a poder recuperar lo que es suyo hasta que no deje atrás lo que le ha herido, debe de ser él el que encuentre la manera de solucionar su problema y no dejar que sea la otra persona la que cargue con el problema que él tiene, porque siendo ella el problema, también será la solución, y no podemos dejar que otras personas sean la llave de nuestras soluciones, puesto que no podemos permitir que sea la opción de otra persona el que seamos felices o no, deben de ser nuestras acciones la que nos lleven a ella. Para ello tiene que hacerse cargo de la responsabilidad que tiene que ver con él y buscar su solución antes de que le roben algo más, y eso puede solucionarlo dando el primer paso hacia su enfrentamiento con el problema, despertarse y afrontar la realidad. 

Capítulo 7, Rayuela


  Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.



La pasión, el deseo, la ternura y el amor envuelven a Julio Cortázar. Señala sin dejar detalle todas las facciones de ella. La toca, la contempla, siente su cuerpo como si se tratase de la primera vez. Las miradas cómplices llevan a juegos, dónde las pupilas se dilatan y el corazón late cada vez más deprisa. Sus respiraciones se confunden, se funden en una hasta llegar al ansiado ósculo.
Cortázar se eleva al Olimpo al rozar su piel, se muestra pasional, vivo, fugaz, lleno de energía y con ansias de disfrutar del cuerpo de ella. Este es tan solo un pequeño reflejo de la realidad que quiere plasmar él en su obra, ese sentimiento de lujuria que en algún momento nos rodea a todos como seres humanos, ese momento en el que se está enamorado y todo lo demás no tiene importancia. Lo mismo le da que se acabe el mundo hoy o mañana, solo le importa ELLA, su mundo es ELLA. Y es entonces cuando se deja llevar plácidamente al deleite carnal.


Melany García Vigil

jueves, 9 de mayo de 2013

Capítulo 6

6

Es increíble cómo el ser humano va creando sociedades en las que vivir, o sobrevivir, y éstas van evolucionando con el paso del tiempo. Hasta aquí nada nuevo, parece un hecho obvio. Lo que pocas veces nos cuestionamos o atrevemos a analizar es si realmente nosotros cambiamos eodem tempore.

Hoy, una agradable tarde de mayo, me dispongo a parar mi reloj e indagar a través de este capítulo de Rayuela en la relación interpersonal que mantienen los personajes de esta obra, Oliveira y la Maga, porque a medida que es leído, puede que a ti, lector, también te produzca esa complicidad, esa sensación de tiempo "suspendido", que a mí me provocó al leerlo por primera vez.

Paso a paso y respaldada por el propio texto, iré guiando en lo que para mí, es una perfecta síntesis de la situaciones que ocurren cuando Oliveira y la Maga están juntos.
En primer lugar, se destaca la forma en que se sucedían sus encuentros: "La técnica consistía en citarse vagamente en un barrio a cierta hora." Mi mente curiosa no para de darle vueltas a estas primeras palabras, todas y cada una de ellas me crean dudas... ¿Por qué el autor emplea la palabra "técnica"? ¿Ha de haber tácticas a la hora de citarse con alguien? ¿Vagamente? ¿Acaso no tenían ganas? "Un barrio", de este modo, ¿le resta importancia al lugar? ¿O quizás su deseo es hacer cómplice al lector y que éste imagine un barrio determinado, adecuado para ese encuentro? "A cierta hora", lo mismo de antes, ¿se está refiriendo a un tiempo concreto?

Oliveira y la Maga "[...] se citaban por ahí y casi siempre se encontraban. Los encuentros eran a veces tan increíbles que Oliveira se planteaba una vez más el problema de las probabilidades y le daba vuelta por todos lados, desconfiadamente."  Vemos como hay algo, quizás el destino, si es que podemos confiar en él, que siempre hacía que se encontrasen; ésto molesta realmente a Oliveira, quien desconfía de esas casualidades, aunque a pesar de ello, admiraba a la Maga, "[...] le fascinaban las sinrazones de la Maga [...]"

 "¿Y si no me hubieras encontrado?", le preguntaba. "No sé, ya ves que estás aquí..." De nuevo hay una fuerza que ellos no controlan que les lleva a verse. Ese hálito no es amor exactamente, no sabemos qué es, queda libre a nuestra interpretación; sólo podemos demostrar que ellos "andaban [...] atrayéndose y rechazándose""pero el amor, esa palabra..."

Capítulo 73; Rayuela

En este capítulo Cortázar describe lo que puede significar algo dependiendo de cada uno, en concreto, dice que París puede significar algo distinto para cada persona que lo observe. El autor nos empuja a salir de nuestra burbuja y a ver las cosas desde el punto de vista de los demás. Cortázar critica que las personas siempre pongamos un significado a las cosas, es decir, que nos conformemos con un simple nombre como definición de una cosa sin importar la grandeza que pueda tener realmente su significado.

Además, este capítulo es uno de los más importantes de la obra, ya que puede servir para iniciar la segunda forma de leer la novela, o al menos eso da a entender Cortázar. Este capítulo sirve para explicar hasta cierto punto el significado de la obra y algunos de sus elementos más trascendentes.

El capítulo está lleno de descripciones detalladas y de oraciones bastante largas, lo que no impide que sea fácil de leer y de comprender. Cortázar hace referencia constantemente durante todo el capítulo al "tornillo", al Ying y al Yang y a los ya comentados anteriormente puntos de vista de cada persona.


http://www.oocities.org/azoth.geo/73.html

DULCE Y VERDADERO


¿ Amor? ¿Un concepto universal.?

El beso, símbolo de amor
                                          
En un beso, sabrás todo lo que he callado (Pablo Neruda)

En el capítulo  se ve reflejado como cuando una persona está enamorada lo único que tiene en su mente es a su amor, como cuando el autor comienza a dibujar en la cara de su amada todos sus rasgos sin hacerle falta volverlos a mirar fijamente. En este fragmento también se aprecia un amor carnal y tierno a la vez, porque comienzan jugando el uno con el otro para terminar en un apasionado beso, que hace que los dos se fundan en una misma persona.

En conclusión se puede decir, que hoy en día también existe ese tipo de amor. Aunque no todo el mundo lo vivamos de la misma manera, el amor es un sentimiento que nos hace más humanos y nos da la oportunidad de pasar el resto de nuestra vida al lado de la persona que amamos.





Gramática de la rebelión - Capítulo 112

"Emprender el descenso no tiene nada de malo como no sea su facilidad: pero empezar a bajar es exactamente lo mismo salvo que más crudo, prosaico (es decir, mero vehículo de información), mientras que la otra forma parece ya combinar lo útil con lo agradable. En suma, lo que me repele en «emprendió el descenso» es el uso decorativo de un verbo y un sustantivo que no empleamos casi nunca en el habla corriente; en suma, me repele el lenguaje literario (en mi obra, se entiende). ¿Por qué?".

 

http://www.oocities.org/ar/rayuelcaps/cap112.html


No hay personajes, no hay lugar, ¿hay tiempo?. "¿Por qué?" se pregunta el autor, me lo pregunto yo, ¿deberíamos preguntárnoslo todos?. Cortázar nos muestra un total y absoluto rechazo al lenguaje literario, a ese vínculo y a la vez barrera formal y estética entre emisor y receptor.. ¿Cómo puede entonces realizar ambas acciones, unir y separar?. Por una parte es vínculo porque llega mediante su belleza al lector, lo atrae, lo atrapa, lo enfada o lo conmueve, en definitiva, le transmite. Por otra parte los separa porque lo consigue mediante una retórica ocupada en dibujarnos una realidad engañosa, maquillada, camuflada, disfrazada, que no se corresponde con la comunicación cotidiana, no es natural, no es terrenal, no es, en definitiva, real. El autor rechaza el lenguaje literario porque representa una farsa de conexión con el lector, por eso opta por "sublevarse" ante esa concepción sistemática de lo que se asume como "belleza" y "forma". No la quiere en su obra, la desprecia, la rechaza, se rebela ante ella. 




"Que el sustantivo conjugue al autor
y que adjetive en rebelión
al predicar en plural
a todo verbo negado a la acción
en todo tiempo y  toda oración 
sin contender en modo o voz.

 Tras el según del común que objeta al sujeto
al narrar cobarde que es voz pasiva de reproducción,
sobre el discurso atado al argot, motor del sistema gramatical
de formas y reglas (sentí, contrainformá)
de normas a diestra (pensá, interrogá)
sintagmas, fonemas tras (se la frase febril, sin fin, a imaginar).

 La inquietud, esa luz que nace sujeto
al versar verbal sin género o tiempo,
contra cultural, siempre inconjugable en el acento,
por cambiar sé esa luz".

Joaquín Guillén.



Complejo de unidad peculiar


Se dice que somos polvo de estrellas. Átomos que se unen para formar vida. Células que conforman nuestra entidad, nuestra esencia. Sin embargo, todos tenemos momentos en los que nos sentimos extraños en nuestros cuerpos. 
Músculos, huesos y otros varios órganos, un poco de tejido epitelial para cubrir y ahí nos tiene. Eso somos. Pero no, yo no soy eso. No somos solo un grupo de células que sentimos cuando sobreviene el dolor. ¿Cómo vamos a ser solo algo que, en ocasiones, no sentimos como nuestro? Algo que en un momento nos resultó ajeno, misterioso y singular en sus reacciones, diferente y fascinante... Pero entonces, ¿qué somos? ¿La voz que habita en un rincón de nuestro cerebro y que tantísimas veces difiere de opinión con nuestro cuerpo? Ese discurso contradictorio también nos representa y pone voz a lo que queremos ser... 
Se encarga, además, de hacernos pensar qué somos, aunque no sepamos la respuesta, hasta producirnos dolor de cabeza. Y entonces sentimos nuestros cuerpos, que dejan de andar perdidos, ajenos a nuestra percepción. Todo está en relación a su forma, y es que quizá somos un complejo cuya unidad está en no tenerla.


Capítulo 18 - Pureza

Solamente que la pureza venía a ser un producto inevitable de la simplificación, vuela un alfil, vuelan las torres, salta el caballo, caen los peones, y en medio del tablero, inmensos como leones de antracita los reyes quedan flanqueados por lo más limpio y final y puro del ejército, al amanecer se romperán las lanzas fatales, se sabrá la suerte, habrá paz. Pureza como la del coito entre caimanes, no la pureza de oh maría madre mía con los pies sucios; pureza de techo de pizarra con palomas que naturalmente cagan en la cabeza de las señoras frenéticas de cólera y de manojos de rabanitos, pureza de... Horacio, Horacio, por favor. 

   Pureza. 



Aprende a mirar




(…)Todavía lo rodeaba un mundo que vivía así, que se quería así, deliberadamente hermoso y atildado, arquitectónico. Para sentir la distancia que lo aislaba ahora de ese columbario, Oliveira no tenía más que remedar, con una sonrisa agria, las decantadas frases y los ritmos lujosos del ayer…

Hay ocasiones en las que estamos muy dolidos o decepcionados. Nos miramos al espejo y no nos reconocemos. Ni siquiera ese “yo” del espejo es capaz de fingir una sonrisa. Sólo podemos pensar en cómo eran las cosas antes, aquel pasado al que ya no podemos volver, y nos resignamos a pensar en el presente.

En esos momentos, tendemos a olvidar lo que tenemos alrededor, esas personas que nos quieren, que han estado presentes tanto en los buenos momentos como en los malos, y que siempre estarán ahí para apoyarnos, para borrar las huellas de un presente que duele y devolvernos la esperanza de la existencia de un futuro mejor. 

Tenemos que recordar que el pasado puede doler, pero que no estamos solos.



CAPÍTULO 32:  "CARTA A MON BEBE ROCAMADOUR"

"Ya no lloro más, estoy contenta, pero es tan difícil entender las cosas, necesito tanto tiempo para entender un poco eso que Horacio y los otros entienden en seguida, pero ellos que todo lo entienden tan bien no te pueden  entender a ti y a mí, no entienden que yo no puedo tenerte conmigo, darte de comer y cambiarte los pañales, hacerte dormir o jugar, no entienden y en realidad no les importa, y a mí que tanto me importa solamente sé que no te puedo tener conmigo, que es malo para los dos, que tengo que estar sola con Horacio, vivir con Horacio, quién sabe hasta cuándo ayudándolo a buscar lo que él busca y que también buscarás, Rocamadour, porque serás un hombre y también buscarás como un gran tonto".

Ternura y dulzura son los rasgos que definen a La Maga en este fragmento. Todo él es una pequeña carta que escribe a su amado bebé. En dicha carta, Lucía, La Maga, explica a su hijo, Rocamadour, algunos aspectos de la vida, como la explicación del tiempo, cómo es París o cómo habrá de comportarse.
La Maga redacta una desgarradora descripción de la situación en la que vive. Ella y su bebé están separados y de ninguna manera pueden estar unidos. la causa de ello es que Lucía debe vivir con Horacio, intentando hacerle feliz. Pero la madre llora la ausencia de su pequeño, aunque le explica que llorar es algo inútil y sin sentido. El amor por su hijo supera contundentemente a todo el mundo que lo rodea.



"Me gusta decir tu nombre y escribirlo"

Rayuela, capítulo 93 

Ojalá fuera fácil poder encender y apagar la llama del amor, ojalá pudiéramos olvidar que sentimos. Dichosos aquellos seres que no sienten, que no sufren.
La vida es un constante sufrimiento, pero a su vez, cargada de destellos de luz y esperanza, de admiración y amor.
Qué sensación aquella de ver cargados los objetos rutinarios de amor, de recordar a esa persona estés donde estés. Porque somos personas, no podemos dejar nuestras alegrías y sufrimientos al otro lado.
¿Qué nos esconderá el mañana? Porque la incertidumbre es la razón de nuestro existir, de nuestra esencia. Porque en la vida y en el amor la locura es la sensatez.
Curioso es amar más que nunca justo cuando ya no está, cuando se esfumó sin decir nada; por ello, vivamos como si no hubiera un mañana.













Eva Rodríguez Jiménez

Imaginación e intención



Imaginación e intención

Inútil. Condenado a ser adhetlo. Vuélvase a casa y lored Spinoza. La Maga no sinfa quién es Spinoza. La Maga lee itreslas novelas de rusos y alemanes y Pérez Galdós y las olvida eptrina. Nunca sospechará que me casdaro a leer a Spinoza. Juez indeltiso, juez por sus manos, por su carrera en plena calle, juez por sólo merithne y dimane desnudo, juez por tonta e infeliz y desconcertada y roma y menos que nada. Por todo eso que sé desde mi aparlun saber, con mi podrido rilaro de universitario y hombre esclarecido, por todo ento, juez. Dejate curni, golondrina, con esas filosas tijeras que riglofem el cielo de Saint-Germain-des-Prés, arrancá estos otwes que miran sin ver, estoy condenado sin apelación, pronto a ese cadalso atrel al que me izan las manos de la mitner cuidando a su hytru, pronto la pena, pronto el orden mentido de estar solo y recobrar la suficiencia, la egociencia, la conciencia. Y con tropli ciencia una inútil ansia de tunti lástima de algo, de que llueva adopgu dentro, de que por fin empiece a llover, a oscie a tierra, a cosas vivas, sí­, punfa fin a cosas vivas.

     Este fragmento del final del capítulo 21 ha sido reescrito de la misma manera que el autor usó en otros capítulos, quitando palabras a lo largo del texto y reemplazándolas con palabras inventadas. Intenta leerlo, y verá que no se puede entender. Quitar las palabras en negrita e insertar las suyas para llegar a un entendimiento personal del texto. Luego compruébelo con el texto real para ver las intenciones verdaderas del autor. Use la imaginación para encontrar palabras que le den un significado razonable.



http://laslecturasderuthsierra.blogspot.com.es/2012/05/caras-vemos-intenciones-no-sabemos.html


El Martir.



El mártir.

-          Otra vez Oliveira, siempre me engañas en favor de tu jefe.
-          ¿Y a santo de qué viene ahora eso? ¿Qué no ves como traigo la herida?
-          Tú prometiste sacarme a pasear a Almagro, siempre faltas a tus promesas.
Gekrepten se lamentaba de la poca suerte que había tenido en la vida, siempre encerrada en casa con un marido impedido incapaz de hacerla feliz.
-          Si tú ya acabaste, ¡dime! ¿dónde está él ahora?
-          Debe andar por abajo. ¿Para qué lo quieres?
-          Para nada… Necesito hablar con él sobre tu sueldo.
-          Pero Gekrepten, ahora necesito que me ayudes con las aguas, con este brazo que traigo yo solo no puedo llenar las calderas y necesito calmar el dolor, mañana será un día duro de trabajo.
-          Yo también necesito muchas cosas y tú no me das ninguna, voy a bajar no tardaré, es necesario que recoja algo de dinero.
Oliveira se resignaba al verla pintarse los labios y bajar las escaleras con ese contoneo que él tanto odiaba. Se resignaba,  igual que lo hacía cuando su jefe le decía – toma Oliveira, aquí sólo llevas la mitad, dile a tu mujer que venga a recoger el resto no sea que lo gastes en aguardientes. Y volvía a resignarse cuando la escuchaba reír y canturrear desde arriba. – Ese desgraciado, ¿y cuándo me ha visto el beber?
-          Gekrepten cómo te ha ido allá abajo, ¿ha aceptado a darte lo que merezco?
-          ¡Calla desgraciado! Deberías estarle agradecido por mantener a un viejo impedido…

                                                                

miércoles, 8 de mayo de 2013

Mandala (capítulo 93)

Hay cosas que tú eliges y cosas que te eligen a ti. Las últimas suelen ser más importantes, porque, como tal vez pensaría la Maga, son la mano del destino. Por eso andamos a veces en la vida como en un juego de niños, persiguiendo sueños desconocidos por inercia, encontrándonos inesperadamente en situaciones que no acabamos de comprender, como si recorriésemos los senderos de un mandala laberíntico sin saber a ciencia cierta qué aguarda tras la siguiente esquina…

Porque no se puede comprender lo que está lleno de contradicciones. Paradojas absurdas, como la fuerza que atrae y repele a dos espíritus opuestos o el ilógico empeño de los enamorados por traspasar la esencia del otro y apoderarse de ella, cuando, si en algún momento llegara a pertenecerles, su anhelo se desharía como una falsa ilusión.

Por suerte, no todo tiene que estar construido sobre razones y, de vez en cuando, sería positivo entender los sentimientos como una forma más de comprender la realidad. Aceptar lo que vivimos. Simplemente, sin temor a esa palabra...         


Leer el capítulo 93

Capítulo 123. German Fornet Canet



El sueño
Él estaba enamorado de ella, era la niña de sus ojos, pero desapareció sin dejar rastro y Bernat solo quería volver a verla.
Se enderezó de golpe. Un movimiento brusco hizo que despertara y volviese a la realidad. Se encontraba sudando y con el puño de la mano derecha cerrado, apretándolo fuerte para que aquello no se le escapase.
Andaba Bernat buscando a la niña de sus ojos, aquella que le había robado el corazón y se lo había llevado con ella. Por muchos esfuerzos de búsqueda no conseguía encontrarla, llevaba años sin saber nada de ella, y para colmo se había llevado su corazón. Casualmente, giró una esquina y allí estaba ella, la niña de sus ojos con el puño cerrado. Bernat no dudó y fue detrás de ella, sabía que aquello que apretaba en el puño era su corazón. La alcanzó y recuperó su corazón. Pero Bernat era consciente que estaba soñando y no quería despertarse, ya que estaba con la niña de sus ojos, aquella que tanto tiempo llevaba sin ver. Apretaba el puño para que no se le escapase el sueño, pues quería verla. Apretaba el puño para que no se le escapase el corazón, pues era suyo. De repente, su madre abrió la habitación y vio que Bernat aun dormía.