viernes, 10 de mayo de 2013

Indecencia subiminal

En primer lugar, en este fragmento se defiende la idea de que la única forma de sentir realmente nuestro cuerpo es cuando sentimos dolor o sensaciones físicas. Al ser el alma la voluntad sólo puede arrastrar al cuerpo, pero si separamos alma y cuerpo no existe en realidad ninguna relación entre ambos y el alma resulta no tener identidad. Por lo tanto, la identidad depende de dos factores que no tienen sentido en su conjunto, y se requeriría una forma más avanzada que permita una relación viable.
Asimismo, se puede apreciar también  la intención de eliminar la dualidad entre ideas como locura y cordura. Podemos adivinar, también, que Cortázar distingue una línea que separa estos conceptos que son, en apariencia, totalmente opuestos. Teniendo esto en cuenta podríamos decir que en esta obra es posible entender estos dos términos como semejantes, o incluso equivalentes, ya que ambos podrían ser las distintas realidades que se escogen de manera aleatoria para interpretar el contexto humano. Lo que Cortázar podría estar proponiendo es que se puede dar lugar a un estado en el que no exista esta dualidad y donde la locura pueda alcanzar un razonamiento distinto que no sea necesariamente erróneo.
De alguna manera, la locura resulta ser una perspectiva totalmente lógica ante una realidad en la que somos capaces de distinguir entre la existencia y la nada, aunque al mismo tiempo puede resultar ilógico el concebir este posicionamiento, ya que también se debe tener en cuenta que la naturaleza programa al individuo para afrontar su condición. Además, se puede comparar lo siniestro de la locura con la muerte, ya que ambas son formas de acerarse a la nada, lo que transforma de algún modo la locura en el anunciamiento de la muerte.

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