sábado, 4 de mayo de 2013

Aflicción en un día de Jazz



En una casa rodeada de pinos y recuerdos que no le dejaban respirar, estaba él, sentado en una silla al borde del balcón, llorando de pena. Su mal era que la había querido mucho. Intentó un par de veces no pensar en ella. Le costaba. No podría decir cuando empezó a adelgazar, pero una cosa era evidente, este dolor le consumía. Tan macizo y fornido como había sido. Pobre Luca… Terriblemente deprimido tenía ganas de volatilizarse, borrar de su vida por siempre aquella tarde. Su alma era prisionera porque él la quería, pero ella ya no estaba, así que, nunca más se volverían a amar. "¿Por qué no se muere todo ya?"–pensó Luca atormentado–.

Junto a la silla, una mesita en la cual descansaba un gastado tocadiscos, y que en ese triste preciso instante, estaba ‘haciendo girar’ al mítico Johnny Temple: …baby, please remember I’ve always been your heart. Abrió el cajón de la mesita y allí estaba. Esa vieja foto, retrato de ese bello e inolvidable rostro que tanto admiraba, se postraba de nuevo ante sus ojos. Después de mirarla un rato la volvió a meter en el cajón. Pensó que era mejor olvidarla y como decía la canción que estaba escuchando que ella, por favor recordara que él siempre fue su corazón.


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