“Lo de no pensar
mayormente era bastante cierto, beati paupaeres spiritu, y ya Ceferino se largaba a lo Paul
Rivet cuesta debajo de una clasificación que había sido la delicia de tardes en
el patio de don Crespo, a saber:
En el mundo se pueden contar hasta seis razas humanas: la blanca, la amarilla, la parda, la negra, la roja y la pampa.”
“Beati paupaeres spiritu”, y es que ya lo dijeron los latinos y hasta en la Biblia aparece: “bienaventurados los pobres de espíritu”, felices los que tienen espíritu de pobre porque de ellos es el reino de los cielos.
Lo que vengo a decir es que ya existieran seis razas, como Ceferino propone, veinte o diez mil, lo importante de ellas es la calidad interior de las personas porque al fin y al cabo es lo que nos define sin necesidad de ser clasificados o juzgados por color, cultura o costumbres. Los valores internos de cada uno son, en definitiva, algo en lo que todos podemos coincidir independientemente de donde vivamos o procedamos.
En el mundo se pueden contar hasta seis razas humanas: la blanca, la amarilla, la parda, la negra, la roja y la pampa.”
“Beati paupaeres spiritu”, y es que ya lo dijeron los latinos y hasta en la Biblia aparece: “bienaventurados los pobres de espíritu”, felices los que tienen espíritu de pobre porque de ellos es el reino de los cielos.
Lo que vengo a decir es que ya existieran seis razas, como Ceferino propone, veinte o diez mil, lo importante de ellas es la calidad interior de las personas porque al fin y al cabo es lo que nos define sin necesidad de ser clasificados o juzgados por color, cultura o costumbres. Los valores internos de cada uno son, en definitiva, algo en lo que todos podemos coincidir independientemente de donde vivamos o procedamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario