La primera mujer recita el capítulo 7 a un polifemo irlandés.
La historia comienza en una lluviosa tarde de febrero, en una informal taberna frente a dos Guinness, donde nos habíamos refugiado para protegernos del frío.
Corría
el año... bueno, ya hace tanto tiempo que mejor no mencionar la fecha,
solamente decir que todavía no teníamos móvil e Internet era un nuevo
océano de navegación que descubríamos por las redes de Neptuno. Rayuela no había cumplido los cuarenta, pero era ya todo un clásico.
Y
allí estábamos, ella y yo, intentando romper el hielo y quizá, algo
más. En un momento, de repente, me invitó a jugar al cíclope.
-¿Perdón?
-¿No sabes lo que es jugar al cícople?
Y
a mí, como nunca se me han caído los anillos por reconocer que no he
leído algo, me encontré ante una apasionada de Cortázar, que comenzó:
-Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca...
Y sí, a partir de ese momento, recuperé una vieja edición y disfruté de su lectura, relectura o hiperlectura.
No os voy a contar si esa noche acabamos el Capítulo 68, pero sí decir que para mí el primer capítulo, es siempre el 7.
Lo recordé, lo soñé o lo leí, o quizá lo imaginé, como tú estás haciendo ahora.
Como
la historia transcurre en una vieja taberna irlandesa con seres
míticos, os dejo una imagen de la Calzada del Gigante, en Irlanda del
Norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario